HUEVOS PACO E HIJOS S.L
Honrado amaplantas
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Se trata de la primera universidad como tal que se instauró en España. En los albores del siglo XIII, en plena Edad Media, el rey Alfonso VIII de Castilla levantó el Studium Generale de Palencia, el originario centro de estudios superiores en el que impartieron lecciones reputados maestros europeos, de países como Francia o Italia. Fue en concreto en 1212 y se consolidó gracias al obispo de Palencia don Tello Téllez de Meneses. La catedral se erigió como sede provisional.
En la antigua universidad de Palencia los estudiantes, entre quienes sobresalieron Gonzalo de Berceo o Santo Domingo de Guzmán (creador de la Orden de los Dominicos), se formaban en materias como Trivium(Gramática, Retórica y Lógica) y el Quadrivium (Aritmética, Geometría, Astronomía y Música). Y salían con el título de licenciados en Teología y Artes.
En la Edad Media, estas materias fueron la base preparatoria para grandes profesiones: médicos, legisladores, canonistas y teólogos. La calidad de su enseñanza se codeó con facultades como las de Bolonia, Oxford, París o Cambridge, coetáneas a las de Palencia.
La Universidad de Palencia fue la primera facultad de la historia de España./viajespasion.com
El mismo Urbano IV alababa la calidad de la enseñanza impartida en Palencia. Según el papa, elStudium Generale «instruía a los incultos, volvía virtuosos a los débiles y su generosa cultura inculcaba los principios generales de la cultura». En nuestro país, la enseñanza superior saltó de los claustros a los colegios, que incorporaron elementos islámicos en su estructura, reflejando el intercambio entre dos culturas que, sin embargo, se combatían a fin en el campo de batalla.
El Studium Generale de Palencia destacó también por sus estudios jurídicos complementarios, que contaban con lecciones de algunas de las principales eminencias de la época. Sin embargo, el fallecimiento de Alfonso VIII en 1214 trajo consigo el inicio del declive del centro, sobre todo cuando su sucesor, Alfonso IX, decidió trasladar la universidad a Salamanca en 1218.
La pujanza de otras similares como Salamanca o Valladolid llevaron a la progresiva decadencia de la palentina, aunque sirvió de ejemplo a otras universidades como Sevilla, Girona, Alcalá de Henares o Valencia.
Monumento dedicado a la Universidad de Palencia.
El papa Honorio III expidió una bula el 30 de octubre de 1220, donde decía que el rey Fernando III de Castilla y el obispo de Palencia «se esforzaron en restaurar el Estudio creado en Palencia por Alfonso VIII». Así que financió la facultad de Teología de la universidad palentina, cuyo privilegio quizá se consiguió por la antigüedad de sus escuelas. El arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, en 1243, en su obra De Rebus Hispaniae, expresaba que la Universidad de Palencia, aunque interrumpida por algún tiempo, continuaba enseñando.
La simpatía que el monarca Fernando III sentía por la Universidad de Salamanca, fundada por su padre Alfonso IX, la fin del obispo Don Tello en 1240 y la falta de financiación afectaron al desarrollo del centro en pos del auge que experimentó la homóloga de Salamanca.
No queda ningún recuerdo del lugar donde se impartieron las clases, tal vez porque no tuvo edificio propio. Se barajan dos ubicaciones, la plaza de San Pablo, donde un grupo escultórico recuerda a la universidad palentina o la calle Mayor Antigua, la arteria de la antigua ciudad medieval.
Catedral de San Antolín de Palencia./Fmanzanal
Palencia, que fue habitada por los vacceos, se demostró como un pueblo que logró la mejor agricultura de las tribus celtibéricas. Los romanos, después de someter la ciudad a dos asedios por el apoyo ofrecido a Numancia sitiada, hicieron de Palencia una de las zonas con mayor desarrollo de la cuenca del Duero. Los visigodos dejaron su impronta con construcciones como la iglesia de San Juan de Baños y la cripta de la catedral de Palencia en honor a San Antolín.
Fruto de la importancia que estas tierras gozaron durante la Edad Media la da Brañosera, el municipio que tuvo el honor de contar con el primer ayuntamiento de España. Da fe de ello la Carta Puebla que el conde Munio Núñez otorgó a la villa en el año 824, que era parte del Reino de Asturias.
En la provincia, el viajero tiene la oportunidad de visitar otros lugares con una gran historia, como el Monte Bernorio, una de las ciudades fortificadas de la Edad del Hierro de mayor tamaño encontradas en España, o Torquemada, cuna del famoso inquisidor patrio.
En la antigua universidad de Palencia los estudiantes, entre quienes sobresalieron Gonzalo de Berceo o Santo Domingo de Guzmán (creador de la Orden de los Dominicos), se formaban en materias como Trivium(Gramática, Retórica y Lógica) y el Quadrivium (Aritmética, Geometría, Astronomía y Música). Y salían con el título de licenciados en Teología y Artes.
En la Edad Media, estas materias fueron la base preparatoria para grandes profesiones: médicos, legisladores, canonistas y teólogos. La calidad de su enseñanza se codeó con facultades como las de Bolonia, Oxford, París o Cambridge, coetáneas a las de Palencia.
La Universidad de Palencia fue la primera facultad de la historia de España./viajespasion.com
El mismo Urbano IV alababa la calidad de la enseñanza impartida en Palencia. Según el papa, elStudium Generale «instruía a los incultos, volvía virtuosos a los débiles y su generosa cultura inculcaba los principios generales de la cultura». En nuestro país, la enseñanza superior saltó de los claustros a los colegios, que incorporaron elementos islámicos en su estructura, reflejando el intercambio entre dos culturas que, sin embargo, se combatían a fin en el campo de batalla.
El Studium Generale de Palencia destacó también por sus estudios jurídicos complementarios, que contaban con lecciones de algunas de las principales eminencias de la época. Sin embargo, el fallecimiento de Alfonso VIII en 1214 trajo consigo el inicio del declive del centro, sobre todo cuando su sucesor, Alfonso IX, decidió trasladar la universidad a Salamanca en 1218.
La pujanza de otras similares como Salamanca o Valladolid llevaron a la progresiva decadencia de la palentina, aunque sirvió de ejemplo a otras universidades como Sevilla, Girona, Alcalá de Henares o Valencia.
Monumento dedicado a la Universidad de Palencia.
El papa Honorio III expidió una bula el 30 de octubre de 1220, donde decía que el rey Fernando III de Castilla y el obispo de Palencia «se esforzaron en restaurar el Estudio creado en Palencia por Alfonso VIII». Así que financió la facultad de Teología de la universidad palentina, cuyo privilegio quizá se consiguió por la antigüedad de sus escuelas. El arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, en 1243, en su obra De Rebus Hispaniae, expresaba que la Universidad de Palencia, aunque interrumpida por algún tiempo, continuaba enseñando.
La simpatía que el monarca Fernando III sentía por la Universidad de Salamanca, fundada por su padre Alfonso IX, la fin del obispo Don Tello en 1240 y la falta de financiación afectaron al desarrollo del centro en pos del auge que experimentó la homóloga de Salamanca.
No queda ningún recuerdo del lugar donde se impartieron las clases, tal vez porque no tuvo edificio propio. Se barajan dos ubicaciones, la plaza de San Pablo, donde un grupo escultórico recuerda a la universidad palentina o la calle Mayor Antigua, la arteria de la antigua ciudad medieval.
Catedral de San Antolín de Palencia./Fmanzanal
Palencia, que fue habitada por los vacceos, se demostró como un pueblo que logró la mejor agricultura de las tribus celtibéricas. Los romanos, después de someter la ciudad a dos asedios por el apoyo ofrecido a Numancia sitiada, hicieron de Palencia una de las zonas con mayor desarrollo de la cuenca del Duero. Los visigodos dejaron su impronta con construcciones como la iglesia de San Juan de Baños y la cripta de la catedral de Palencia en honor a San Antolín.
Fruto de la importancia que estas tierras gozaron durante la Edad Media la da Brañosera, el municipio que tuvo el honor de contar con el primer ayuntamiento de España. Da fe de ello la Carta Puebla que el conde Munio Núñez otorgó a la villa en el año 824, que era parte del Reino de Asturias.
En la provincia, el viajero tiene la oportunidad de visitar otros lugares con una gran historia, como el Monte Bernorio, una de las ciudades fortificadas de la Edad del Hierro de mayor tamaño encontradas en España, o Torquemada, cuna del famoso inquisidor patrio.