¿Consenso? 1.600 científicos, Nobel incluidos, desmienten la "emergencia climática"
Más de 1.600 científicos y profesionales, entre los que destacan dos premios Nobel, ya han firmado la Declaración Climática Mundial, que, bajo el título "No hay emergencia climática", pone en cuestión buena parte de los postulados del ecologismo dominante, consistente en augurar terribles catástrofes naturales derivadas del calentamiento global que causa el hombre por las emisiones de CO2 a la atmósfera.
La citada declaración, promovida por la fundación Climate Intelligence (CLINTEL), señala que "la ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas. Los científicos deberían abordar abiertamente las incertidumbres y exageraciones en sus predicciones sobre el calentamiento global, mientras que los políticos deberían contar desapasionadamente los costes reales, así como los beneficios imaginarios de sus medidas políticas".
Esta red de científicos advierte de que las catastróficas predicciones climáticas que con tanto ahínco difunden políticos y medios de comunicación parten de modelos informáticos "hechos por humanos", modelos cuyos resultados dependen de los datos, hipótesis y supuestos que introduzcan. "Creer en el resultado de un modelo climático es creer en lo que sus creadores han incluido. Éste es precisamente el problema del debate climático actual, en el que los modelos climáticos son centrales".
Más de 1.600 científicos y profesionales, entre los que destacan dos premios Nobel, ya han firmado la Declaración Climática Mundial, que, bajo el título "No hay emergencia climática", pone en cuestión buena parte de los postulados del ecologismo dominante, consistente en augurar terribles catástrofes naturales derivadas del calentamiento global que causa el hombre por las emisiones de CO2 a la atmósfera.
La citada declaración, promovida por la fundación Climate Intelligence (CLINTEL), señala que "la ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas. Los científicos deberían abordar abiertamente las incertidumbres y exageraciones en sus predicciones sobre el calentamiento global, mientras que los políticos deberían contar desapasionadamente los costes reales, así como los beneficios imaginarios de sus medidas políticas".
Esta red de científicos advierte de que las catastróficas predicciones climáticas que con tanto ahínco difunden políticos y medios de comunicación parten de modelos informáticos "hechos por humanos", modelos cuyos resultados dependen de los datos, hipótesis y supuestos que introduzcan. "Creer en el resultado de un modelo climático es creer en lo que sus creadores han incluido. Éste es precisamente el problema del debate climático actual, en el que los modelos climáticos son centrales".